Por: Eduardo Rivas (@EduardoRivas07)- Zárate se enfrenta a un 2025 que, como cada año en que hay elecciones de medio término, suponen un desafío para quien ostenta el Departamento Ejecutivo Municipal, y un estímulo para quienes quieren construir un polo de poder alternativo de cara a las próximas elecciones a Intendente.

Contexto electoral y equilibrio de poder

En las elecciones de octubre de 2023, Juntos por el Cambio, liderado por Marcelo Matzkin, logró el 42,36% de los votos, asegurando cuatro concejales en el Deliberante y consolidando la intendencia. Por su parte, Unión por la Patria obtuvo el 39,71%, también sumando cuatro concejales, mientras que La Libertad Avanza, con el 15,92%, incorporó dos representantes al concejo. Dado los legisladores con los que cada fuerza contaba previo al recambio de diciembre de 2023, y a partir de secretos acuerdos de cúpulas que sostuvieron una mayoría automática oficialista, el gobierno logró aprobar a lo largo del año cuanto quiso en el Concejo Deliberante.

No se trató de una construcción democrática en la que el Intendente interactuara con los ediles sino en una verdadera imposición que contó con la sumisión voluntaria del bloque oficialista y sus satélites.

El rol del Intendente Marcelo Matzkin

En este contexto, y pese a su discurso colectivista, Marcelo Matzkin asumió un papel central en este escenario. Casi el 30% de los proyectos ingresados en el año en curso en el Concejo Deliberante fueron generados por el Departamento Ejecutivo. No hay duda alguna que es el intendente quien marca el ritmo y establece la agenda política.

Por eso hay tanto en juego el próximo año, porque han demostrado que saben absorber, pero no negociar políticamente. Son buenos para cooptar pero no para cooperar. Los proyectos que envía el Ejecutivo se aprueban tal cual llegan, sin dar lugar a discusión alguna, y en algunos incluso, limitando a aprobar o rechazar lo hecho por el Intendente.

Eso no es construcción política, eso es imposición política.

Ese tipo de proceder coadyuva a la falta de transparencia, puesto que se afirma de manera maliciosa que la participación del Concejo Deliberante abre el juego a la participación ciudadana y ésta a una mayor transparencia en el proceder gubernamental, cuando la realidad es que todo es una puesta en escena. La última sesión del HCD así lo demostró.

La transparencia como pilar de la gestión

La demanda de transparencia institucional es uno de los temas centrales para los ciudadanos de Zárate. La gestión de Matzkin debe enfocarse en implementar políticas que garanticen el acceso a la información pública, fomenten la rendición de cuentas y promuevan la participación ciudadana.

Entre las medidas concretas que podrían adoptarse está la creación de un portal de datos abiertos que anunció públicamente y nunca implementó, que permitiría a los vecinos consultar información, entre otras cosas, sobre el presupuesto municipal, licitaciones públicas y avance de las obras.

Por otra parte, el combate a la corrupción y la gestión eficiente de los recursos públicos serán fundamentales para construir confianza en las instituciones. Esto implica no solo garantizar la legalidad en los procesos administrativos, sino también asegurar que las políticas implementadas tengan un impacto positivo y medible en la calidad de vida de los ciudadanos. Las extensiones de las licitaciones de manera mañosa no son un buen ejemplo de lo que se debe promover.

Desafíos en el Concejo Deliberante

En este contexto, el rol de los concejales adquiere una relevancia especial. Más allá de las diferencias ideológicas, se espera que actúen con responsabilidad y prioricen el bienestar de la comunidad por sobre los intereses partidarios.

Algo que hoy no ocurre.

La posibilidad de construir una agenda legislativa basada en el diálogo y el consenso será clave para avanzar en temas tales como planificación urbana, seguridad y la promoción del desarrollo económico.

Está claro que el proceder de los concejales durante el primer año de gobierno de Matzkin deja más deudas que aciertos. Matilla reconoció haber pecado de ingenuo en su proceder inicial, bueno es que se haya dado cuenta, solo basta que ponga en hechos lo que tanto proclama. Se ve que más allá de una ficha de afiliación, poco peronista es, porque no entendió eso de ‘hechos, no palabras’.

El futuro político de Zárate

A medida que Zárate avanza hacia 2025, el panorama político local se perfila como un espacio de renovación y transformación. Históricamente las elecciones de medio término han demostrado que el electorado busca un equilibrio de poder que promueva el diálogo y la colaboración entre las distintas fuerzas políticas.

En este contexto, la posibilidad de un reequilibrio político local no solo representa un desafío para el oficialismo, sino también una oportunidad para fortalecer la democracia y construir una gestión más inclusiva y efectiva.