Por: Eduardo Rivas (@EduardoRivas07)- Efectos colaterales… con receta mileísta
En Zárate, la medicina que receta el intendente Marcelo Matzkin no cura: enferma. Bajo el ropaje de un supuesto ‘respeto a la legalidad’, el gobierno municipal está ejecutando un plan sistemático de ajuste en servicios públicos, disfrazado de ‘reordenamiento’.
Como muchas medicinas, el recorte sanitario tiene efectos colaterales. Pero a diferencia de un jarabe amargo que cura, estos efectos no sanan: empeoran. Lo curioso es que el Ejecutivo local intenta disfrazar este daño con el argumento de que ‘actúa a derecho’. Sin embargo, ¿no será que, detrás del palabrerío jurídico, se esconde un brutal ajuste económico? El objetivo, como siempre: ‘ahorrar’ donde más duele, en la salud pública.
La Rendición de Cuentas 2024 -un documento que en lugar de rendir cuentas parece rendirnos a la desidia- revela que el SEMU (Servicio de Emergencias Municipal) contó con un crédito de $363.176.511,60 en 2023. Para este 2024, el presupuesto aumentó a $550.955.000, lo que a simple vista parecería una mejora. Pero el contexto inflacionario del 117,8% deja claro que el incremento real es negativo: un 51,7% más nominal, pero muy por debajo de la inflación.
Es decir, el SEMU fue desfinanciado, mientras que la Secretaría de Salud tuvo un aumento del 125,1% interanual, lo que evidencia que alguien tomó la decisión de relegar al SEMU dentro de la política sanitaria local.
¿Casualidad? ¿Ineficiencia? ¿Capricho de Excel? No. Fue una decisión política. Porque cuando un intendente sube el presupuesto de Cultura pero le recorta a las ambulancias escolares, es porque tiene prioridades.
🧯La escuela, zona liberada de emergencias
La consecuencia de este ajuste quirúrgico con bisturí oxidado no se hizo esperar. Hace pocos días, en el turno vespertino de la EES N°18, que funciona en el edificio de la Escuela 15 (España y Arribeños), un alumno se descompensó y convulsionó en plena clase. Se llamó al SEMU. ¿La respuesta? Negativa. Porque, según ellos, el episodio no ocurrió en la vía pública.
Tampoco acudió SEMZAR, la empresa privada con la que no todas las escuelas cuentan. ¿El desenlace? Una docente trasladó al alumno en su auto particular, con todos los riesgos y responsabilidades que eso implica.
¿Qué pasaba si el chico convulsionaba otra vez durante el trayecto?
¿Qué pasaba si había un choque?
¿Quién se hacía responsable?
Te lo decimos nosotros: nadie. Porque cuando el Estado se borra, la responsabilidad la trasladan a la docencia.
El Municipio no da respuestas, pero sí instrucciones: ‘ajustar’ hasta la médula.
❓ ¿Qué hacemos ante una emergencia?
¿Qué se supone que haga una directora si un alumno tiene una convulsión?
¿Lo saca en brazos a la calle para que se considere ‘vía pública’?
¿Pide permiso a los padres por WhatsApp antes de actuar?
¿Lo sube a su auto sin saber si va a resistir el viaje?
No hay protocolo. No hay cobertura. No hay vergüenza.
Y si esto pasara en una oficina municipal, ¿también se negarían a atenderlo por no estar en la vía pública?
🏫 Maestros al volante: cuando el sistema colapsa
Lo ocurrido no fue un caso aislado. Como respuesta, un grupo de docentes envió una carta a las autoridades municipales exigiendo una solución urgente. En la misiva afirman que, hasta este ciclo lectivo, las escuelas contaban con el SEMU para cualquier eventualidad dentro del ámbito escolar.
Ese dato desnuda la mentira de la gestión de Marcelo Matzkin, quien argumenta que el SEMU no puede operar en establecimientos por cuestiones normativas. Falso. La propia Rendición de Cuentas 2024 indica que durante su gobierno el SEMU atendió a domicilio, lo cual entra en contradicción directa con las ordenanzas vigentes que, paradójicamente, ahora utiliza para justificar el recorte.
🚑 ¿Emergencias con domicilio o con ideología?
En palabras de los directivos: ‘La decisión del SEMU de no atender emergencias dentro de las escuelas deja sin cobertura médica a la educación pública del distrito, que en su mayoría no puede pagar servicios privados. Esto pone en riesgo la integridad física de alumnos y docentes, además de ser una respuesta sanitaria y legalmente inadmisible.’
La única alternativa, dicen, es el traslado particular. Una solución improvisada, peligrosa, y que expone a los trabajadores de la educación a riesgos penales y personales que no deberían asumir.
Insistimos, ¿Qué deberían hacer los docentes ante una emergencia? ¿Sacar al niño a la calle para que el SEMU lo atienda ‘en la vía pública’? Suena a chiste cruel, pero es lo que insinúa el razonamiento municipal.
Lo cual, en criollo, significa esto: Si tu hijo se desmaya en la escuela pública, el Estado no lo asiste. Te toca confiar en la buena voluntad (y el tanque lleno) de una maestra.
📜 Ordenanzas como excusa, ajuste como plan
Cuando fue consultado por el tema, Matzkin respondió con tecnicismos legales: ‘No es una decisión nuestra, es la ordenanza.’
Pero no se trata de legalidad, sino de voluntad política. Porque cuando el Municipio quiere resolver algo, lo hace. Aquí simplemente no quiere. Y lo que hay detrás es un intento por minimizar el rol del Estado, recortar gasto social y priorizar otras partidas más convenientes políticamente.
🏛️ Concejo Deliberante: ausente sin aviso
En todo este asunto, el Concejo Deliberante brilló por su silencio. Nadie pidió informes, nadie convocó a los funcionarios responsables, nadie exigió revertir esta decisión absurda y peligrosa
¿Qué están esperando? ¿Una tragedia?
En lugar de reaccionar, se hicieron los distraídos. Ni una minuta de comunicación, ni un pedido de informes, ni una convocatoria a los responsables de Salud.
Silencio. Complicidad. Omisión.
Hay 20 concejales sentados cada semana en una sala con aire acondicionado, cobrando sueldos altísimos, y ni uno solo preguntó quién va a asistir a un chico que se desmaya en la escuela.
🔚 Esto no es una emergencia. Esto es un crimen político
El ajuste no es un número en una planilla: es un chico convulsionando en el aula mientras el intendente mira para otro lado.
Y no, no se trata de una cuestión técnica. Es una decisión política.
Recortar ambulancias no es reorganizar el Estado: es desarmarlo.
Dejar que los docentes se hagan cargo de la atención médica no es eficiencia: es abandono.
Hacerse el legalista para no pagar un servicio no es orden: es cobardía.
📊 Un poco de contexto (y de indignación)
El SEMU no es un lujo: es una obligación del Estado. Y si la gestión anterior cometió errores, no se corrigen desmantelando el servicio. Lo que está haciendo Matzkin es dejar a la comunidad educativa en situación de abandono sanitario.
Y no es un caso aislado: como denunciamos en www.principedelmanicomio.ar, el Municipio ha tercerizado responsabilidades en seguridad, salud, cultura y hasta en infraestructura escolar. Todo bajo la lógica de ‘ajustar’ sin evaluar consecuencias.
💬 ¿Nadie va a hacer nada?
Vecinos, docentes, familias, concejales: ¿vamos a dejar que esto siga así?
¿Dónde está el Intendente Municipal Marcelo Matzkin?
¿Dónde está el Secretario de Salud Ricardo Iglesias?
¿Dónde esta la Subsecretaria municipal de Educación Olga Garmendia?
¿Dónde están los gremios?
¿Dónde están los concejales de la oposición?
¿Dónde están las familias?
El intendente Matzkin recorta servicios esenciales mientras engorda otras áreas con gasto discrecional. Las prioridades están claras, pero no son las nuestras.
👉 Si una ambulancia no llega cuando se la necesita, no es una emergencia médica: es una emergencia política.
Y el pueblo de Zárate no puede seguir esperando sentado en la vereda.

