Por: Matías Torres – Las elecciones legislativas dejaron un mapa político que vale la pena analizar en detalle, especialmente si se lo observa en la escala de la Segunda Sección Electoral. Allí, Diego Nanni (Fuerza Patria) se alzó con un contundente 43,08% de los votos, superando por casi nueve puntos a Natalia Blanco (La Libertad Avanza), la zarateña que encabezó la boleta seccional y que cosechó un 34,62%. Bastante más lejos quedó Manuel Passaglia, referente de HECHOS, con un 7,36%.

Este dato regional nos sirve para poner en contexto el comportamiento del electorado zarateño. Porque si algo quedó claro en las urnas es que Zárate votó en sintonía con la tendencia mayoritaria de la Sección, aunque con matices locales que conviene destacar.

El espejo entre lo seccional y lo local

En Zárate, a nivel de candidatos a concejales, la lista de Leandro Matilla (Fuerza Patria) alcanzó el 39,8%, seguida por Stefanía Rodríguez Schatz (La Libertad Avanza) con 32,9%, y más atrás Silvina Román (HECHOS) con 6,9%.

La comparación con los números seccionales muestra una coherencia notable: Fuerza Patria volvió a ser la primera fuerza, aunque con una leve baja respecto al promedio regional (del 43% al 39,8%). La Libertad Avanza, por su parte, mantuvo su piso firme en torno al 33%, muy cerca del desempeño de Natalia Blanco en toda la Sección. Y HECHOS quedó prácticamente calcado en torno al 7%, confirmando su rol marginal en un escenario polarizado.

Lo interesante es que en Zárate la elección no se definió solo por arrastre regional, sino que los candidatos locales lograron sostener la misma lógica competitiva que se vio en la boleta seccional. Es decir: el electorado votó con una misma matriz de preferencias, tanto cuando miró la boleta completa como cuando bajó al plano estrictamente municipal.

Lo que se jugó en las urnas

Por un lado, el respaldo a Fuerza Patria refleja que el electorado sigue encontrando en el peronismo seccional —ahora con la figura de Nanni como referencia— una alternativa con volumen territorial y capacidad de gestión. La performance en Zárate tiene un valor simbólico extra: no es un distrito fácil para el peronismo en los últimos tiempos, y sin embargo el arrastre regional terminó consolidando un triunfo que fortalece la proyección hacia 2027.

Por otro, el desempeño de Stefanía Rodríguez Schatz no puede interpretarse como un voto opositor clásico. La Libertad Avanza en Zárate es afín al gobierno local: el propio intendente Marcelo Matzkin (PRO) selló la alianza de cara a estas elecciones. De ese modo, el 32,9% que obtuvo su lista expresa tanto la fuerza de la ola liberal como la capacidad del oficialismo de ampliar su coalición. Este voto debe leerse como un acompañamiento al esquema político que hoy gobierna la ciudad, aunque bajo un sello distinto al del PRO tradicional.

El tercer lugar de HECHOS con Silvina Román, apenas por debajo del 7%, revela la misma limitación que enfrentó Passaglia en la Sección: la dificultad de competir contra bloques de identidad más marcada y con mayor visibilidad política.

Zárate en clave regional

En definitiva, lo que se votó en Zárate este 7 de septiembre no fue solamente una lista de concejales o consejeros escolares. Lo que se puso en juego fue una identidad política frente a la región. El electorado local eligió estar en la conversación mayor de la Segunda Sección: respaldar al peronismo en su mejor elección de los últimos años, darle volumen al armado oficialista a través de La Libertad Avanza y, al mismo tiempo, relegar a las opciones menores.

El resultado deja lecciones claras: Zárate vota con la Sección, pero también marca su impronta. Y en esa tensión entre lo local y lo regional se empieza a escribir el futuro político de la ciudad.