ZÁRATE– Alejo Ezequiel Moreno (29) tiene mucho por preocuparse. Tanto él como su esposa, la policía Florencia Valentini (35), parecen enterrados en pruebas en el caso del secuestro y crimen de Saúl Eduardo De Francesco (77), cuyo cuerpo fue encontrado el domingo en un descampado de Alsina, a la vera de la Ruta 9 luego de estar tres días desaparecido.

El caso es tremendo por donde se lo mire, y parte de la gravedad es que Moreno y Valentini -tienen dos hijos en común- vienen de la Policía bonaerense.

Valentini estaba en actividad al momento del secuestro, aunque a partir de este caso el auditor de Asuntos Internos, Darío Díaz, la desafectó del servicio de inmediato. Moreno venía de una carrera policial con más problemas y licencias por enfermedad que éxitos.

Moreno se tuvo que ir de la Bonaerense por un sumario abierto por abandono de sus funciones y negligencia. Un rumor indica que dejó solo a un compañero durante un tiroteo. Su carrera había empezado en 2015 cuando egresó como cadete y fue destinado a Zárate.

Al principio todo empezó bien. El 13 de diciembre de 2016, la fuerza le dio el “premio estímulo” pero finalmente el cadete Moreno no brilló. En febrero de 2021 ascendió al grado de suboficial ayudante y en 2023 comenzó a trabajar en el Comando de Patrullas de Zárate. Hasta ahí bien, normal.

Pero en agosto de 2023 el auditor de Asuntos Internos dispuso su desafectación, en octubre de ese año la prorrogó, en 2023 se resolvió su inactividad y su cesantía fue firmada hace muy poco, el 13 de junio de 2025.

A Moreno no lo exoneraron, es cierto, pero se fue de la Bonaerense por la puerta de atrás. Aun sin antecedentes penales, es discutible que terminara trabajando en el área de Seguridad de Zárate.